CARTA ABIERTA LUEGO DE SER RECIBIDO POR EL FONDO NACIONAL DE
RECURSOS.
Lamentablemente uno tiene que pasar todas estas cosas y vivirlas en carne propia
como para darse cuenta de la burocracia y de la negativa reiterada que existe
de parte de las autoridades que operan en el área de la salud hacia los
usuarios, tanto de lo público como de lo
privado.
En mi caso particular, desde hace más de un mes vengo
luchando por el caso de mi padre, ya que mi viejo y en base a la recomendación de los profesionales
cardiólogos que lo han atendido en el Sanatorio Americano de Montevideo,
necesita de manera imprescindible un cardiodesfibrilador.
La lucha de nuestra familia es constante para poder
conseguir el aparato, que tiene un costo de 20 mil dólares, aunque en
reiteradas oportunidades se nos hace una cuesta arriba enorme.
En las últimas horas, asistí al Fondo Nacional de Recursos
al ser citado luego de haber lanzado a la luz pública la primera carta que
refería al tema, y que de hecho fue enviada al mismo FNR a través de su web, “que
tanto prestigia a la institución”, pero que a su vez miente a la ciudadanía por
todo lo allí expresado en cuanto a objetivos o postulados que persigue el Fondo
por el “bienestar” de los usuarios de todo el país, de manera equitativa.
Si bien, en lo previo, yo pensaba que desde el FNR se me iba a dar una explicación de algo que para mi
resultaba sumamente inexplicable, así fue, dicho y hecho.
Porque no estoy peleando por una entrada para ir a ver el
partido Uruguay-Venezuela, sino que estoy peleando por la calidad de vida de mi
padre, para que él sea atendido como corresponde, como ya lo han hecho en los
sanatorios de Mercedes y Montevideo.
De nada sirve que un médico del FNR te manifieste que entre
profesionales hay diferencias cuando se hacen lecturas de diagnósticos médicos
o se plantean diversos criterios técnicos para buscarle
la solución al problema que presenta un paciente.
Porque en el caso de mi padre, para los médicos del Fondo de
Recursos no es necesario el implante de un cardiodesfibrilador, total el
problema ya fue solucionado parcialmente.
Sin embargo, y a esto lo dejo muy claro, el galeno que me
atendió en la entrevista no participó del ateneo médico realizado la semana
anterior cuando el caso estaba a consideración de la mesa.
Entonces pienso, que
seriedad puede tener el tratamiento que se le da a cada tema, cuan profundo
puede ser el análisis de los estudios practicados a cada paciente, cuando ni
siquiera es considerado el punto de vista o recomendación de sus colegas médicos
que trabajan de manera seria en distintos puntos del país, y más aún cuando son
estos los que toman contacto directo con las personas que se presentan con distintas
patologías.
Realmente es indignante e impotente que algunos profesionales
que tienen la suerte de tener el poder de decisión, jueguen y engañen a la
gente, porque no solo juegan con la sana ignorancia de la comunidad que muy
poco sabe de temas netamente médicos, porque de esta manera queda muy claro que
los pacientes son rehenes de la situación, total, siempre hay que terminar
dependiendo de decisiones de personas que circunstancialmente ocupan cargos en determinadas
áreas u órganos de competencia.
Pero señores, no vayan a pensar que un tropezón es caída, porque
están equivocados. Estas dificultades que uds. van creando día a día, ayudan a
fortalecer a una familia y en particular a mi persona, que con mayores ganas y
tesón seguirá luchando para que el objetivo se logre, y para que otras tantas
familias de este país burocrático no deban enfrentar lo que es triste y lamentable,
que es estar inmerso en una situación de desamparo.
Por favor, no sigan priorizando el negocio y preocúpense en
serio por la salud de la gente.
Ruben Martín Corujo.
C.I. 3.727.698-1
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