Quiero expresar mi más
sincero agradecimiento a todas las personas que se interesaron por el caso de
mi padre, pero realmente no me alcanzarían las hojas para poder hacerlo.
Porque por sobre todas
las cosas, pienso que, uno como ser humano tiene que ser agradecido a la vida, principalmente por poder contar con
tantas amistades que ayudan de manera incondicional a sortear los obstáculos
que se cruzan día a día.
Porque entiendo claramente que muchas veces las cosas no
salen como uno las planifica, pero a su vez, considero que el minuto a minuto
nos va poniendo a prueba en cada desafío que se nos plantea como sociedad.
Por lo general, siempre se aprende de las cosas buenas y de
las cosas malas, pero debemos aprender que la conjugación de las dos cosas es
vital a la hora de pasar raya, dejando
atrás los momentos en los que más sufrimos, porque corrió riesgo la vida de un
ser querido.
Que la lucha ha sido dura es cierto, pero ello nos debe
fortalecer y ayudar a redoblar esfuerzos, cuando creemos firmemente que un
problema se puede superar.
Conforme hace algunos días, cuando ponía el grito en el cielo para que mi
padre fuera atendido debidamente por el FNR, hoy con mi mensaje quiero dar una
señal de aliento, para que lo que le pasó a mi viejo no vuelva a ocurrir con
otros usuarios de la salud, tanto pública como privada de nuestro país.
Digo esto, porque creo que no es devoción de nadie, que un
número importante de habitantes se sienta avasallado por una negativa de los
que circunstancialmente se encuentran en la toma de decisiones, y que por ende,
innecesariamente, o quizás sin ponerse
en el lugar del otro, ponen en riesgo la salud de muchas personas.
Quiero explicar, que hoy di lucha para que mi padre lograra
el objetivo de que el Fondo Nacional de Recursos le cubriera el costo del
cardiodesfibrilador, pero sinceramente la pelea no fue fácil, hubo que golpear muchas
puertas de manera incansable, al igual que los cientos de llamados telefónicos que
se debieron efectuar por parte de los integrantes de mi familia.
Hoy, con razón lo digo, me siento muy emocionado y orgulloso
del padre que tengo, el que lucha tras lucha salió adelante, porque también hay
que tener en cuenta algo importante, que muchas veces si no se cuenta con la
voluntad del paciente esto no podría salir adelante.
Respecto a los que agradecimientos
que quiere hacer públicos mi familia, los mismos van dirigidos especialmente al médico
tratante, Dr. Elbio Altieri, a los Dres. Pablo Vázquez y Luis Vidal del
Sanatorio Americano, que pusieron todo de sí para que el objetivo pudiera
concretarse, y una mención no menos importante para el Dr. Diego Durand, que en
reiteradas oportunidades golpeó las puertas del FNR para que todo saliera favorable.
Asimismo y de manera general, quiero destacar la solidaridad
y comprensión que me demostraron tantos amigos, compañeros de trabajo,
allegados, y por ahí personas que no
conocía, pero que igualmente se acercaban para que uno entendiera que atrás del
problema había un total y desinteresado
apoyo.
.
Simplemente, un gracias enorme a todas las personas por el apoyo
brindado hacia toda mi familia, porque de esta forma queda demostrado, que
luchando y dejando todo en la cancha se puede hacerle frente a la burocracia.
Martín Corujo Idiart.
C.I. 3.727.698-1